Esperemos que el Ministerio del Interior, de Justicia, de Trabajo y la Mancomunidad de Transporte actúe con contundencia, mandando a los antidisturbios para controlarlos, a estos es más fácil de encontrar, no hay que ir a las cocheras ni a las cabeceras de Línea. Deben de ir a los despachos de los directivos o a sus casas, son pocos y cobardes.
Sí, cobardes porque se escudan en el anonimato, pero se sabe quiénes son, ellos son los responsables de posibles altercados, no de los profesionales y conductores de su empresa, mientras los trabajadores han aceptado los servicios mínimos, los estrategas de la empresa han diseñado los servicios que deben cumplir, y paradójicamente se centran en las líneas que prestan servicios en la Nacional I y VI. Vías que tienen menos infraestructura en el transporte público, anulando servicios y horarios, a diferencia que en el Metro o en los Autobuses urbanos de la capital, Alsa no respeta las horas punta de los usuarios, y sin embargo las horas valles están completas, anulan estos servicios para que no puedan ir a su centro de trabajo en Madrid, y dada la situación laboral actual muchos puede ser sancionados o despedidos, por retraso o no asistencia a su puesto de trabajo, o que sus hijos no puedan asistir a clase, provocando a los afectados para que se enfrenten a los conductores los únicos que darán la cara, porque los directivos estarán escondidos, ¡cobardes!.
Los trabajadores exigen seguridad en los vehículos para ellos y para los usuarios, que no vayan autobuses con personas de pie, por reducción de personal y vehículos, y en contra del recorte salarial que pretenden, con más horas de trabajo por falta de personal.
Las voces de esos políticos que estaban en contra de las medidas en Metro y Autobuses urbanos, acusando a los trabajadores de huelga salvaje, ahora deben alzar la voz contra los directivos salvajes que han diseñado esta estrategia maniquea.
¡ Un afectado!