El anuncio de nuestro ministro de Justicia de una próxima reforma de Código Penal, donde se «contemplará como delito el antisemitismo» y donde también reconoció «dolor y vergüenza por la expulsión de los judíos españoles en 1492», por orden de la reina Isabel la Católica. El ministro de Justicia expuso otra iniciativa de su ministerio: trabajar en un nuevo procedimiento para agilizar la concesión de la nacionalidad española a los sefardíes expulsados de España.
Debo recordar al señor ministro que, «semita» no es una raza, es un término, se refiere a aquellas personas cuya lengua materna es una lengua semita. De la familia semítica se conservan registros escritos ininterrumpidos desde el 2500 a.n.e., son las formas antiguas y modernas del acadio, el amhárico, el árabe, el arameo, el fenicio, el ge´ez, el hebreo, el maltés, el tigray, y el tigriña entre otros.
Por lo tanto habría que dar la nacionalidad a todos aquellos descendientes de Al-Andalus, los andalusíes, también expulsados en 1492. Si demuestra dolor y vergüenza por los judíos, más debería de mostrarla por nuestros ancestros árabes, aquellos que trajeron luz a la Europa medieval, traspasando sus conocimientos en su apogeo, respetando las creencias cristianas y judías, distintas a la suya, por ser también creencias del libro, refiriéndose a la Biblia. Expulsados los andalusíes hacia el Magreb fundando o repoblando ciudades como: Ceuta, Tánger, Arcila, Larache, Rabat, Mazagán, Agadir…
No retrocedamos tanto, y demos importancia a lo actual, en ese mismo acto la conferencia inaugural, http://politica.elpais.com/politica/2013/01/22/9, estuvo a cargo del filósofo Reyes Mate, uno de los intelectuales que mejor han reflexionado en España sobre el problema de la memoria y el olvido, también respecto a los crímenes de la dictadura franquista. Lo dejó bien claro ya en el título de su ponencia: «La memoria prohíbe guardar silencio, pero manda guardar al silencio». Señor ministro por qué no empieza pidiendo un indulto, que tan bien se le da, en este caso para el juez Baltasar Garzón, defenestrado por destapar corruptelas, como el caso Gürtel, una trama especializada en el saqueo de fondos públicos, y que sacó de la política a decenas de dirigentes del PP que colaboraron en el pillaje, siendo expulsado de la carrera judicial por este motivo y no otro, ahora ha quedado demostrado su actuación, como eficaz, dado los últimos acontecimientos y declaraciones de políticos y los sobres de Bárcenas. El juez Garzón también persiguió los crímenes contra la humanidad de dictaduras latinoamericanas y ordenó la detención del general Pinochet solicitando su extradición, siendo entonces presidente el Sr. Aznar, no conseguida. Así como su labor al defender que: «los crímenes contra la humanidad no tienen carácter político de ningún tipo», y que «el delito de detención ilegal es permanente y se produce hasta que cesan sus efectos». Para para dejar claro la injusticia, el terror y la represión durante y al final de nuestra incivil guerra, hechos nunca investigados como ocurrió en Alemania, Argentina o Chile, en la investigación de los crímenes del franquismo, también fue acusado de prevaricación por investigar «la ejecución de un plan sistemático de desaparición de miles de personas, ocultamiento de cadáveres y ejecuciones extrajudiciales».
Sr. Ministro, donde está su dolor y su vergüenza por los crímenes y exiliados del franquismo, nunca condenados por su partido, siendo más fáciles de investigar que recordar los de hace 450 años. ¿Será porque supuestamente hay familiares o conocidos implicados? , ver el enlace que reafirma lo expuesto http://www.diario-octubre.com/
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