En su juventud santo Tomás, antes de abrazar la fe cristiana, era un prestigioso sacerdote maniqueo, en la actualidad la gran mayoría de políticos creyentes de la que dicén «única y verdadera fe», practican la idolatría maniquea. Continuamente a través de la prensa, Tv y todos los medios controlados por ellos, nos bombardean con la manida frase: «No debemos de prejuzgar a los políticos por cuatro corruptos», pero condenan con profusión en los mismos medios a 6 millones de parados por 12 incontrolados que en las manifestaciones se extralimitan, muchos por la desesperación y la indigencia donde los han llevado los últimos gobiernos y políticos en general con la «presunta ayuda policial» en algunos casos, como aparecen en algunos medios de difusión, al encontrase elementos camuflados que provocan la exaltación de los manifestantes con la intención de reventar las pacíficas, para desprestigiarlas, incluso mintiendo al decir que un anciano de 72 años abofeteó a un policía antidisturbio, o bien el anciano era Chuck Norris o el policía era una monja de Valladolid.
En España somos 47 millones de personas, con una cifra de «políticos», entendemos en este país, que son los parlamentarios nacionales y autonómicos, con los alcaldes y concejales de corporaciones, son aproximadamente 75.ooo en número. Pero entre ellos existen varios cientos, de presidentes de CCAA, senadores, parlamentarios, alcaldes, concejales, asesores, miembros destacados de partidos políticos que han sido juzgados o están en procesos judiciales por cohecho, malversación de fondos, tráfico de influencias, meter mano a la caja y otras menudencias, como emplear familiares o conocidos en empleos públicos directamente por su influencia, supongamos que alcancen la inestimable cifra de 300.000 personas entre políticos y advenedizos, políticos con un sueldo (en algunos casos varios), todos pagados del erario público. Mientras tanto 6 millones de parados, con al menos una persona más a su cargo, alcanzaría la inestimable cifra de 12 millones de personas en un estado extremo de supervivencia y pronto en la indigencia, si añadimos los funcionarios con recortes salariales, alcanzarían el 30% de la población.
¿Cómo no van a tener derecho expresar su descontento?, y los políticos ¿qué legitimidad tienen cuando muestran su hipocresía?, mintiendo ante la realidad, pocas esperanzas tengo de que salga este grito en los medios convencionales, pero es mi forma de solidarizarme y dar ánimo al 30% de desfavorecidos que exigen igualdad, trabajo y libertad de expresión, frente ese 0,5% que desprestigian las manifestaciones pacíficas, sin decir nada de sus corruptos, quedando impunes que robandoo robando y sumiendo en la miseria a la población por el corporativismo político, verdadera causa de las protestas.
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