Que la población donde he elegido vivir hace ya bastantes años pasase desapercibida o si hubiese alguna noticia fuese de tipo lúdico o mejora social relevante, yo como tantos otros vecinos de Lozoyuela – Las Navas – Sieteiglesias quiero lo mejor para nuestra población, y como «ser ciudadano es tener voz además de voto» y dado que la razón es la más alta expresión de la naturaleza humana, siendo esta razón el origen del derecho que aplicándola a la conducta es ella misma derecho, defiendo con pasión un derecho y animo a la ciudadanía ejercer su razón para conseguir un beneficio para todos.
Debemos recordar que el contrato expedido por la ciudadanía a través de los votos expira en cuatro años, no dando este contrato el derecho a hacer durante el tiempo de ejercicio público la voluntad propia del elegido, el contrato es para la atención a la ciudadanía y el cumplimiento de las promesas expresadas en la campaña electoral o en el ejercicio anterior a este nuevo contrato.
Me remito en primer lugar a octubre del 2009 (ver Senda Norte noviembre 2009), donde la oposición pidió la retirada del IBI por su fuerte incremento 13% respecto al 2008, el Sr. Alcalde prometió que en los próximos cuatro años no se subirían, al año subió un 5% y para este año un 10%, sin informar ni a la ciudadanía ni a la oposición, promesa incumplida, con la situación actual de crisis general veo el poco interés en ayudar a sus vecinos con el aumento de este impuesto que es elaborado según el criterio del Ayuntamiento sin intervención de ninguna otro estamento, ya sea provincial o estatal, ya dudo de la última promesa que hizo sobre la Casita de Niños en octubre, al decir el Sr. Alcalde en pleno que sería de Gestión Municipal, cuanto me gustaría equivocarme en este caso.
En segundo lugar, el deber de la Corporación Municipal es velar por la seguridad y bienestar de sus ciudadanos, quiero de nuevo recordar la situación de Mazacorta, después de exigirles una parcela para el Ayuntamiento, aceras, alcantarillado y alumbrado público, todo realizado y funcionando, pero ni lo recepciona ni arregla el acceso a la urbanización, a pesar de que otra emergencia surgió y la ambulancia no quiso entrar por lo impracticable del acceso, de nuevo se ha comunicado por escrito al Ayuntamiento y la respuesta fue «que arregle el camino quien lo ha estropeado», la primera vez que me lo contaron creí que sería una mala interpretación, pero repetida otras dos veces más la misma respuesta da veracidad al primer comentario, la última ha sido -que lo arregle el canal de Isabel II-, debo de recordarle a esta Corporación, que las vías, calles o caminos de vecinos es responsabilidad del Ayuntamiento así como su buen estado de mantenimiento y vialidad, por lo tanto suyo es el exigir dicho arreglo o realizarlo pasando las costas a la entidad que ocasionó el deterioro teniendo la certeza de su responsabilidad porque, no debemos de esperar una desgracia que desemboque en querella contra el Alcalde por abandono de sus funciones en atención a la ciudadanía, querella que pagaría la ciudadanía al ser el Ayuntamiento «Responsable Civil Subsidiario» en detrimento de las arcas o debiendo de pedir un préstamo para su pago si las arcas como pregona el Sr. Alcalde están vacías, la indemnización debida a una desgracia ya sea personal o en bienes siempre será superior al arreglo y cabe recordar que no hay dinero suficiente si la pérdida es la de un ser querido.