Una generación

Es lo que ha tardado España en olvidar que fuimos emigrantes, en la época oscura de de dictadura miles de familias acuciadas por la necesidad hicieron las maletas y se dispersaron buscando una mejora a su situación económica que aquí no les ofrecían, partieron hacia Argentina, México, Perú, Chile, Brasil, Alemania, Francia, Suiza, Inglaterra, Australia…., algunos se establecieron definitivamente otros retornaron al cabo del tiempo, pero todos estuvieron solos al principio, ahora nuestra generación repudia a los que vienen de fuera buscando lo mismo, la subsistencia, dejan su país de origen, separados por miles de kilómetros de los suyos sin poder sentir su cariño, un abrazo, un beso.

Nosotros hijos de emigrantes también sufrimos la ausencia de nuestros progenitores y lo hemos olvidado, no hemos sabido transmitir los sentimientos de esas ausencias en aquellos difíciles años de necesidad, sobreviviendo con lo justo, llegando las familias a lograr cierta estabilidad al cabo de mucho tiempo cuando pudieron mandar algún dinero aquellos que partieron, crecimos, hemos tenido hijos y les hemos dado todo lo que nos faltó, menos la memoria, hemos creado una generación en muchos casos egoísta, sin ética, consentidos, sin valores ni referente familiar, no percibimos su cariño, ni muestran respeto a los más mayores, los ven como un estorbo, esos que en muchos casos consiguieron lo que son y no tengan que emigrar como ellos. Les hemos imbuido en un consumismo brutal, creando poco a poco una especie de monstruos celosos de su intimidad, la llaman libertad cuando en realidad es individualismo, con la visión de vivir el momento, sin perspectiva de futuro, dejando estudios para conseguir dinero fácil y mantener esa vida licenciosa, ya es tarde para nosotros y también para ellos en corregir los errores, pero no estaría de más un último intento hagamos que piensen en su futuro y no se abandonen, muy difícil es explicarle lo que hemos pasado, algo parecido ocurría hace 4.000 años, escritos hay que son vigentes al cabo de milenios, uno de ellos es «la sátira de los oficios de Ketty», tal vez esa lectura haga que algunos reflexionen antes de convertirse en mano de obra barata y sin cualificación cerrando el ciclo, porque sus hijos carecerán, sus nietos emigrarán y volveremos al inicio que es, «el olvido».

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Una respuesta en “Una generación

  1. José Enrique Centén Martín dijo:

    Este artículo me llevó a realizarlo una fotografía de emigrantes partiendo desde La Coruña en el año 1957, un padre y un hijo abrazados y llorando, me identifique con el hijo, más o menos de mi edad en aquella época.

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